martes, 25 de marzo de 2014

Como una gota de agua.


Como una gota de agua cura las heridas profundas fundiéndose con la sangre de manera que esta parezca menos llamativa, mientras te sana con una sonrisa se amorra al colchón y olvida su futuro para centrarse en sus tristes ojos ennegrecidos que expulsan la misma gota de agua que curo tu herida para convertirla en una fina daga que acabará indagando la manera de clavarse profundamente en su pecho.

Está hecha de su pasado, las gotas que caían fuertemente sobre su rostro han oxidado su pelo convirtiéndolo en un bronce que muchos querrían pero que ella aborrece. Escala montañas para alcanzar una cumbre de paz interior buscando por el camino sonrisas deslumbradoras que consiguen cegarla a ella y resplandecer mis ojos.

Cada vez que se confunde dedica un tiempo excesivo para resolver el problema que demuestra un pilar básico en su estructura, pues esta hecha de agua... agua con lodo que desiste de lavar, lodo que no deja que nadie lama por miedo al contagio ajeno, lodo que durará lo que su corazón dure en apagar sus lagrimales, lodo que al eliminarse dejará ver con nitidez una perfecta gota de agua, una estructura maravillosa y transparente que logrará caer y acomodarse en algún rincón del mar para lograr al fin vivir sin vértigo y sin niebla.

Es como una gota de agua atravesando nubes (plácidas e insoportables) para encontrar el camino a su propia libertad sin barreras, una libertad sin escudos íntimos.

No quiero perder nunca de vista esa gota de agua, quiero que esté conmigo... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario